viernes, 30 de octubre de 2009

El Atardecer

El sol que mece la ventana,
acaricia tus lindos hombros,
y desluce del chal los rombos,
y se queda acurrucado entre la lana.

Al trasluz, una figura humana
que lee acurrucada y con asombro
unos versos del poeta Pombo.
¡Y una lágrima que emana!.

En la calle, las hojas de la chopa
comienzan un viaje sin destino,
y desnudan poco a poco su gran copa.

¡El horizonte perfila su camino!
¡El sol se esconde viento en popa,
la noche se acerca cuan equino!


© J. Ausín

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