En el día de San Catervo
salieron a protestar,
los guiados por el cuervo
y los que van a matar.
No asistió el gran Mariano
en el día de su santo
aunque si lo hizo el enano
y su esposa del espanto.
Protestaban por cigotos
porque no quieren la muerte
pero luego son devotos
de matar en “otras suertes”.
También son partidarios
de guerras santas e injustas,
de ladrones, de correas y rosarios
y de látigos y fustas.
Quisieron sacar a la calle
a la más rancia caverna,
exalumnos de La Salle
y al elegido en la terna.
Sacaron niños y abuelos
traídos en autobús,
todos haciendo el canelo
con bocatas y tutús.
Dicen que fueron millones
hasta dos, quisieron ir.
Pero contados melones
nada más sesenta mil.
Hoy era el día después
y en el sermón popular
no recogieron la mies
ni han dejado copular.
¡Ya llora la Cospedal!,
¡ya canta el señor marqués!
recogieron ya el sedal
para arrojarlo después.
Mañana será otro día
y mientras el mundo siga,
habrá tontos del higa
que harán que la iglesia siga
domingo, 18 de octubre de 2009
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