Cuando aprieta la calor,
vivo en un sin vivir,
en estado de ansiedad,
teniendo necesidad
de escribir,
de contestar al dolor.
Quisiera tener valor,
para volver al redil,
a contestar sin piedad,
a los que son necedad,
al morir
de los que no tienen color.
Pero el orgullo es dolor,
es dar sin recibir,
es un grado de maldad,
de sentimiento y necedad
de vivir,
de llevar puesto el dolor.
Por eso ya no hay color,
ya no quiero convivir,
con ególatras de edad,
con ancianos de ciudad,
de elixir,
que llenan el Saco de mal olor.
© J.Ausin
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