lunes, 8 de diciembre de 2008

Los pisos de solteros




Tenía un amigo "El Torero" que decía que un guiso es un frito al que se le añade agua. 
Tenía otro amigo "Pepe el de Graná" que decía que lo importante en una receta es cumplir con el número exacto de ingredientes. Aunque no se tenga uno se echa otro (que no tiene porqué ser parecido) y ya está.
Los tres vivíamos hace mucho tiempo en pisos de solteros. Los pisos de solteros son esos pisos que alquila la gente un poco más mayor que los estudiantes, un poco más responsables a la hora de comer pero con las mismas ganas de juerga. En los pisos de solteros, siempre hay uno que cocina bien y siempre hay el típico joputa que ni cocina, ni friega, ni baja la basura, ni recoge los pelos de la bañera cuando se ducha. Ese joputa siempre se las apaña para irse de fin de semana o quedarse a dormir en casa de algún ligue cuando hay que hacer limpieza general. Ese joputa, nunca baja a comprar el pan y siempre se come, por error eso si, el último yogourt que otro guardaba para la cena.
En los pisos de soltero, siempre hay alguien que le cede su habitación a un amigo para que eche un casquetillo con su novia (la del amigo, claro) de vez en cuando. En los pisos de solteros, siempre hay alguien que liga menos que el chofero del papa y que "se mata" a pajas. En los pisos de solteros la vida transcurre entre el trabajo y la juerga. Entre la compra y los platos que se amontonan en el fregadero. Entre cineclubs y actos sociales finos. Entre juventud y vecinas cotillas. Entre inquilinos imberbes y caseros que te acusan de no saber usar un grifo. Entre el cielo y la tierra. Entre las comidas de mamá y el hambre y los bocatas. Entre polvos furtivos y embarazos no deseados. Entre manifestaciones y posturas radicales. 
Los jóvenes son un tesoro que hay que cultivar....

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